
El primer cumpleaños siempre es tan especial. Su primera fiesta, su primera torta, la primera velita. No lo recordará, pero para nosotras se trata de un día emocionante, porque celebramos un año muy intenso, lleno de descubrimientos, de momentos dulces y amargos. Y también es el fin de esa etapa y el comienzo de otra en la que se vuelven más autónomos y aún más exquisitos.
Para mí fue un año en el que descubrí que el amor podía ser infinito. Y viví junto a Román una especie de luna de miel combinada con una niebla de sueño y cansancio permanente . Una renuncia consciente al resto del mundo por esta nueva vida. Fue muy mágico y duro a la vez.
¿Cómo fue el tu primer año con tu hija/o? Cuéntanos qué sentiste y cómo lo viviste.